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La concentración de poderes no favorece

TS, LP: ¿Cree usted que esta madurez política se ha perdido en el país?

SC: El país se debate en el síndrome de Penélope (la tendencia de cada gobierno por deshacer lo realizado por el gobierno anterior). Desde 1979 tejemos una esperanza de construir un Estado republicano de Derecho y a ratos deshacemos lo que hemos construido, pero a pesar de todo, hemos adquirido una madurez política muy alta. La nación, sobre todo los jóvenes de hoy, tienen claro lo que desean para su futuro.

Un reto es profundizar la tolerancia política, respetar el criterio del otro y evitar excluirlo; el que lo haga militariza la política y está llamado con el tiempo a sentir la bota del otro. Este ciclo debe evitarse. Los tolerantes condenamos las muertes por motivos políticos del 19 de julio.

LA SEPARACIÓN DE PODERES

TS, LP: ¿Han afectado los señalamientos sistemáticos de fraudes electorales y la parcialización del poder electoral al gobierno de turno?

SC: Nicaragua debe reencontrar el compromiso que firmó en la Constitución Política de 1987, la creación de un Estado basado en la división de poderes, respeto a los derechos humanos, seguridad en las inversiones económicas y un sistema democrático basado en un sufragio transparente y libre.

Si respetamos como nación este compromiso seremos un país grande y próspero, todo intento de desarrollar al país fuera de estos parámetros de compromisos constitucionales es condenarlo a la “nada”.

TS, LP: ¿Cuál es su opinión sobre las reformas constitucionales?

SC: Pienso que es tiempo de definir la nación que queremos ser. Una vez que decidamos, debemos sentarnos y construir un nuevo marco constitucional con visión de corto, mediano y largo plazo, con la voluntad de respetar la decisión tomada, solo así nuestro país podrá dejar la pobreza económica y la cultura parroquial y acceder a través de una economía saneada y sostenible a las últimas tecnologías. Esto será posible cuando pensemos y veamos a Nicaragua como un país, no como una huerta.

CULTIVAR EL DIÁLOGO

TS, LP: ¿Estas reformas se realizaron con el objetivo de otorgar mayor poder y control al ejecutivo?

SC: Los políticos deben aprender que la concentración de poder no les favorece. La división de poderes es necesaria, porque el poder cuando es controlado se legitima y la sociedad crece, de lo contrario, nadie se atreve a cuestionarlo, por lo tanto, los errores permanecen y se toman como norma de vida.

TS, LP: ¿En su opinión qué papel está desempeñando el poder legislativo en este momento?

SC: La Asamblea Nacional ha jugado un papel importante y tiene vigente el reto de articular la Constitución Política en leyes secundarias para el interés general de la sociedad. También creo que la Asamblea Nacional no debe medirse en la cantidad de leyes que aprueba, sino en las necesarias para estructurar un nuevo país en el marco de un Estado de Derecho basado en la división de poderes y el respeto de los derechos humanos.

TS, LP: ¿Existe en Nicaragua una cultura política orientada al diálogo?

SC: En Nicaragua dialogamos en silencio. Todos, sin excepción, queremos en silencio un país nuevo, pero nos ata la desconfianza, esto evita el diálogo y posterga la posibilidad de tener en el futuro un país grande. Estoy convencido que si hacemos un alto y ponemos al pueblo de primero, lo escuchamos y respetamos su visión de futuro más allá de las ideologías, en los próximos cincuenta años seremos una nación grande como cualquier país central de Europa. De no hacerlo, para los próximos años seguiremos siendo un “caserío” en una aldea global.

Nota explicativa: Esta entrevista fue llevada a cabo por Tania Sirias, periodista del diario La Prensa, en Managua, Nicaragua, el 22 de julio de 2014. Esta entrevista es producto o continuación de “En búsqueda de nuevo sistema político”, publicado el 16 de julio de 2014, en este blog “Por decir algo”.

La entrevista completa puede recuperarla en: http://www.laprensa.com.ni/2014/07/22/poderes/204243