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Un chamarro a “iglesia católica”, El Nuevo Diario, 27 de mayo de 2009

Subraya que la ley debe ir más allá de la concepción del bebé, pues debe velar por sus derechos como persona y buscar la tutela del Estado para su desarrollo integral

José Adán Silva

Desde que se aprobó la penalización total del aborto en 2006, decenas de organizaciones de mujeres, gremios médicos y de derechos humanos demandaron la reversión de la norma ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ).

En abril pasado, el vicepresidente de la Corte Suprema, magistrado Rafael Solís, anunció un anteproyecto de sentencia que revertiría la reforma antiabortista, en respuesta, supuestamente, a las demandas de la sociedad civil.

Sectores feministas interpretaron el anuncio de Solís como una amenaza a la jerarquía católica, si ésta continuaba criticando al Estado acerca del tema del “hacker de lujo”, y comentando sobre presuntos rearmados como protesta por el fraude electoral, y no como una voluntad de impulsar una sentencia que reponga el derecho parcial al aborto.

“No hay proyecto”

El magistrado Sergio Cuarezma Terán aclaró el asunto: no existe proyecto de sentencia sobre el aborto terapéutico.

“En la CSJ se encuentran dos recursos de inconstitucionalidad, uno, en contra de la Ley 603/2006 que deroga el aborto terapéutico del Código Penal de 1974, y el otro en contra de la Ley 641/2008, Código Penal vigente, que no contempla dicha figura. En el primer caso se han acumulado 34 recursos interpuestos, y, en el segundo, 38 recursos”, informó.

“Aquí no existe ningún proyecto que inicie la discusión sobre el tema, sólo intenciones de formularlo. Hay que decirle a la población y, en especial, a las recurrentes y a quienes tienen la expectativa de que se resuelva el tema, de que no hay proyecto circulando en la CSJ, pero sí voluntad de resolverlo”, aclaró el magistrado.

“En todo caso, la Corte debe realizar nuevamente un proceso de discusión con los sectores involucrados para identificar insumos que fundamenten la sentencia, y que la misma tenga utilidad práctica a favor de la vida, de la madre y del bebé”, señaló.

“Tema complejo”, dice

Para el magistrado Cuarezma Terán, la CSJ tiene sobre este tema varios desafíos. Por una parte, resolver sobre una petición legal de los recurrentes en contra de una ley que deroga el aborto terapéutico en un código penal a la vez derogado.

“Esto plantea un dilema de fondo respecto de si tendría o no efecto jurídico dar o no la razón a los recurrentes sobre un tema que está derogado, o bien, por otra parte, si la Corte Plena puede declarar o no inconstitucional una decisión de la Asamblea Nacional por no haber contemplado este tema en el nuevo Código Penal, quizás una reforma al Código sería mejor que una sentencia de la CSJ. El tema es complejo, pero hay que resolverlo”, explicó.

“En todo caso, de tener la CSJ voluntad de resolver este tema, tiene que pronunciarse inevitablemente sobre la promoción y el respeto de la vida de la madre y el bebe”, comentó.

Derechos comunes

“La vida de la madre en aquellos casos delicados –pero que no dejen abierta una rendija para hacer lo que se desea en contra de la vida del bebé, que es una realidad humana y constitucional–, tiene derecho a la protección de aspectos concretos y eventuales. Pero más allá de este tema, pienso que hay un aspecto de fondo que tiene que ver no sólo con la vida en el seno materno, sino cómo será la vida de esa persona que nace en el tiempo y en el espacio”, señaló Cuarezma.

A juicio del funcionario judicial, la CSJ debe pronunciarse no sólo sobre cómo debe protegerse la vida de ambos, sino también orientar el debate en torno a la promulgación de leyes y medidas en materia de política pública a favor del bebé que nace.

“Es decir, el bebé no sólo tiene derecho intrínseco a la vida desde su concepción, sino, además, a la protección del Estado a través de políticas que permitan su nacimiento, supervivencia y desarrollo integral y armonioso en condiciones de una existencia digna, como lo expresa el artículo 9 del Código de la Niñez y la Adolescencia”, citó.

Recuperado de El Nuevo Diario