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El Estado anida a la violencia, La Prensa, 23 de mayo de 2011

Analiza el magistrado Sergio Cuarezma

Por: Freddy Potoy Rosales

El tema de la violencia pone sobre la mesa la situación del Estado y de la democracia nicaragüense. El país ha dejado de tener un Estado legal y se ha convertido en una sociedad con vestigios mínimos de legalidad.

Así lo analiza el doctor Sergio Cuarezma Terán, quien estima que “la institucionalidad por mandato legal ha dejado de ser; ahora las diferentes instituciones son una especie de finca personal de quienes las dirigen. Es tan grave el asunto que ya no estamos dependiendo de la norma, de las leyes, de la Constitución, para recibir respuestas como ciudadanos y usuarios del Estado; estamos dependiendo del humor con que se levantó el funcionario público para trabajar”.

De acuerdo con el magistrado Cuarezma Terán, quien aún no se integra a la Corte Suprema de Justicia (CSJ), para no legitimar los abusos y arbitrariedades que ahí se dan, “estamos en dependencia a decisiones arbitrarias, individuales, o pecuniarias (de quien ostenta el poder en cada parcela de las instituciones del Estado) para recibir respuestas administrativas o de justicia. Esto no puede ser, no puede continuar”.

CRIMEN ORGANIZADOAPROVECHA DESORDEN

Según Cuarezma Terán, quien es profesor de Derecho Penal e investigador del Instituto de Estudio e Investigación Jurídica (INEJ), el crimen organizado se ha dado cuenta que en Nicaragua no hay orden, y por tanto puede imponer sus intereses progresivamente con dinero y con violencia selectiva.

En ese sentido precisa que se ven de vez en cuando “ajustes de cuenta” entre miembros del crimen organizado, que no se han apoderado del país porque aún hay en el Ejército y la Policía gente que cree en la Nación y hace su trabajo con mística.

Analiza que la falta de institucionalidad provoca empobrecimiento, no hay orden ni un proyecto de Nación. Valora que la clase media está dejando de serlo para ser más una clase limitada.

SENTIMIENTO DEDESESPERANZA

“El pobre se vuelve más pobre y el sentimiento de desesperanza embarga a las familias nicaragüenses por no encontrar ingresos nuevos o alternativos a los pocos que tienen o no tienen”, resalta el jurista.

El magistrado expresa que esta situación frustra a la gente y nacen así las inconformidades, en consecuencia los homicidios, hurtos y robos que se incrementan a falta de ingreso económico en las familias.

Considera que el país sigue siendo el más seguro en Centroamérica, pero internamente ya no lo es, “los turistas están sujetos, como en Granada, a los secuestros rápidos, te matan por un celular; la gente no compra terrenos en determinados sectores del barrio o del campo porque cerca de ellos hay pandillas, o bien, la tierra no goza de seguridad jurídica, hay confiscaciones de propiedades y para colmo, no hay instituciones que nos protejan”.

PERSECUCIÓN A ADVERSARIOS POLÍTICOS

Cuarezma Terán también expone que desde lo que algunos llaman instituciones, se persigue a los adversarios políticos o a los inversionistas.

En el país hay dos tipos de violencia: la institucional y la delictiva, si este cuadro de país se profundiza, la violencia total se tragará a la sociedad como en otros países del área, sin excepción, advierte el académico.

La sobrepoblación de privados de libertad se debe a que el sistema político en vez de crear las condiciones para inversiones y un sistema de producción sólido, criminaliza y penaliza la pobreza, persigue a todo aquel que piense distinto.

“En los centros penales hay hacinamiento, no hay salud, ni alimentación, las órdenes de libertad que emiten los jueces o magistrados no se cumplen, porque el Poder Judicial ha perdido totalmente su independencia y respeto; solo quién miente, no quiere verlo”, resalta el magistrado.

NO HAY AUTORIDAD SERIA

Respecto a los últimos hechos de violencia carcelaria, Cuarezma Terán dice que el preso siente que no cuenta con una instancia superior para denunciar las violaciones a sus derechos humanos y su percepción es correcta, porque ciertamente no hay autoridad seria. “Los superiores no acatan las órdenes, leyes o sentencias por temor a ser despedidos, o por conveniencia, nadie lo ve. Pero a la vez hay otro fenómeno, la gente empobrecida al entrar a la cárcel sabe que tiene techo y un poco de arroz, que no lo tiene en la calle, y, pienso, que por esta razón, son ellos los que ahora administran la violencia carcelaria, cuándo, por qué y cómo lo hacen, para no perder ni el techo ni el mendrugo de pan que les dan”, argumenta.

POLÍTICOS TRAS SUS BARROTES

Asimismo, dijo que curiosamente el sistema político se comporta igual que los presos. Todo lo que pasa en el país está fuera del orden constitucional, pero apoyan y legitiman el desorden, porque les da cierto nivel de seguridad, sin embargo, actúan “con ingenuidad”, no toman la dinámica del tiempo, todo pasa, sobre todo el dinero y el poder pasan rápido de manos, y al final, uno baja y el otro sube, y tiene que soportar la bota del nuevo en el poder, y el ciclo se mantiene.

El magistrado analiza que en esta dinámica la población no vive, si no que sobrevive, pero las reservas se van agotando puesto que no se generan nuevas, el crecimiento económico está paralizado, y lo poco que hay no dará para todos ni para siempre.

Para Cuarezma Terán, estamos a tiempo de corregir estos errores, “todos debemos de tener claro que solo teniendo parámetros mínimos de respeto podremos sacar el país adelante. Si no superamos esta situación de desorden y de paralización social, lo perderemos todo a corto y mediano plazo.

Recuperado de La Prensa